jueves, 26 de febrero de 2015

9 cosas que NUNCA debes decirle a tu hijo en una discusión



9 cosas que NUNCA debes decirle a tu hijo en una discusión
Tener discusiones con tus hijos es inevitable, pero cuando la discusión se agita hay nueve frases que debes evitar a toda costa.
·         Los desacuerdos entre tú y tus hijos son un hecho de la paternidad. A medida que los niños crecen, empiezan a afirmar su independencia y las relaciones con los hijos pueden empeorar rápidamente cuando tus "hijos no tan pequeños" descaradamente desobedecen o irrespetan. Cuando se discute con los hijos, asegúrate de evitar estas nueve frases a toda costa:
·         1. Malas Palabras
Las groserías son un definitivo NO. No se las lances de vuelta a tu hijo si es que él las usa contigo. Al final, tú eres el adulto y todo lo que haces está mostrándole cómo comportarse cuando él llegue a la edad adulta. Si tú profieres obscenidades cuando discutes con tu hijo, él va a hacer lo mismo con tus nietos.
·         2. "Eres", o "Eres un" (y aquí cualquier insulto)
Parte de tener una discusión justa es, primero, expresar de forma constructiva tus verdaderos sentimientos y preocupaciones y, segundo, trabajar juntos para resolverlos. Los insultos no van a lograr ninguno de estos dos propósitos y sólo causarán sentimientos de dolor y aumentarán la ira, las cuales marcarán a tu hijo y pueden afectar en gran medida sus relaciones y autoestima en los años venideros.
·         3. "Nunca te quise" o "¡Me gustaría nunca haberte tenido!"
Estas son frases fáciles de usar para refutar la rabieta clásica: "Ojalá nunca hubieras nacido". Pero nunca te permitas decir esto. Cuestionar la validez del derecho a la existencia de tu hijo, nunca es un pensamiento que deseas implantar en su mente —y puede volverse en tu contra, si trata de hacer esa aseveración realidad—.
·         4. "Fuiste un error", o "¡Arruinaste mi vida!"
Echarle la culpa a tu hijo por estar aquí no tiene sentido y hace notar que no eres los suficientemente madura para ser madre. Haber nacido no fue su decisión —fue, de hecho, la tuya—. Además, tal afirmación tan terrible dice más de ti que lo que dice de él.
Es fácil comparar a tu hijo rebelde con un muchacho más ejemplar cuando llegan esos tumultuosos años de la adolescencia. Pero recuerda que tu hijo está tratando de encontrarse a sí mismo. Él es él, y pedirle que sea otra persona es lo mismo que decirle: "Tú no eres lo suficientemente bueno como eres."
·         6. "Te odio", o "¡Yo no te quiero!"
Esperemos que ninguna de estas afirmaciones sea verdadera. Ambas afirmaciones son tan inútiles y carentes de tacto, que terminan por crear una mayor brecha entre tú y tu amado hijo. Inclusive si son ciertas nunca se deberían decir. Y, de hecho, si lo sientes, ello significa que ambos necesitan buscar ayuda profesional.

·         7. "¡Cállate, no me importa!"
Escuchar es mucho más difícil y mucho más importante que hablar. Lo que causó la discusión original es probablemente un problema de comunicación, así que reforzar esta idea simplemente va a agravar la situación.
·         8. "Me voy", o "¡No voy a volver!"
Tu hijo te necesita, no importa lo mucho que diga que no es así. No le des a tu hijo una razón para sentirse abandonado. Si tienes que salir a respirar aire fresco, hazlo. Pero no tomes las llaves: solo date el tiempo que necesites y luego regresa.
·         9. "¡Fuera de la casa!"
Tu hijo necesita un refugio seguro al cual llamar casa y un lugar cómodo donde pueda descansar. Arrebatarle esto no solo es contra la ley, sino que causa daños catastróficos a la relación que hay entre ambos. Y quizás tu hijo no esté muy dispuesto a regresar a casa una vez que tú te hayas calmado.
No perder los estribos en el medio de una agitada discusión con tu hijo requiere temple, paciencia e inmensa cantidad de auto-disciplina y autocontrol. Pero como padre, esta es la responsabilidad que tomaste cuando decidiste comenzar una familia. Sé el adulto, asegúrate que cada discusión genere una solución —y recuerda guardarte esas palabras poco amables—.

lunes, 29 de diciembre de 2014

No debes besar a tu hijo en la boca




No debes besar a tu hijo en la boca

Aunque son chiquitos, hermosos, cuchis y los amamos, según la apreciación de expertos en psicología, besar en la boca a nuestros hijos es una mala costumbre.


Emilia Canzutti, psicóloga argentina dijo: “son los papás los que comienzan con este hábito, no es una necesidad del niño”, y destacó que son muchos los núcleos familiares en los que se hace una costumbre natural y sana darle un beso en la boca a los niños.


Hay que prestar mucha atención a este detalle porque tiene connotación sexual y puede generar confusión durante el proceso de crecimiento de los niños:





Connotación sexual. Los besos despiertan en el niño estímulos en zonas sensibles, cuando los pequeños están en la etapa oral tienen sus sentidos concentrados en la boca, es lo que hace que quieran que los beses.





Los padres se besan en la boca. Es importante marcar límites para dejar claro que los besos en la boca, socialmente, están reservados para el vínculo de la pareja, sólo mamá y papá pueden demostrar su cariño de esa manera.





No debes besarlos ni de bebes. No es correcto besar en los labios de un bebé porque incluso la boca de un adulto está muy contaminada y transmite los gérmenes inconscientemente.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El respeto hacia los profesores


El respeto hacia los profesores
 Fuente: HacerFamilia.com



Cada vez se escuchan más casos de alumnos que han insultado, humillado o incluso pegado a sus profesores. Antes esto era impensable puesto que, aunque no aguantaran al profesor, sí le tenían un respeto hacia él. Pero el problema no radica exclusivamente en los colegios, sino que el respeto hacia los demás se enseña en casa.


Desde bien pequeños se les debe enseñar a respetar a sus padres: no permitir contestaciones, pedir siempre perdón cuando su comportamiento lo requiera, saber que sus actos negativos tienen como consecuencia un castigo adecuado, etc. Así, deben tratar con respeto a sus hermanos, a los abuelos, a los tíos, a la persona que nos ayude en casa, al conserje del edificio, a la dependienta del supermercado, etc.


Los hijos deben interiorizar desde la infancia que a todas las personas se les debe un respeto por su dignidad como seres humanos, diferente a la autoridad que cada uno emane por el cargo que ocupe dentro de la comunidad. De este modo, al llegar a la adolescencia sabrán tratar con la educación que se merecen a aquellos que les rodean, incluidos los profesores.


El significado del respeto hacia los profesores

Los padres debemos desde casa inculcar una serie de ideas base para que nuestros hijos sepan lo que significa el respeto a sus profesores:

  • Como ocurre en toda relación social, no toda persona va a ser de tu agrado, es lo que normalmente se dice “me cae bien o mal”. Pero ello, no es motivo para faltar al respeto como persona al profesor “que no te cae bien” y tampoco para dejar de lado la asignatura que éste imparte.
  • Como toda persona, el profesor puede equivocarse. A estas edades debe ser el propio alumno quien solucione cualquier discrepancia; eso sí, con la educación y respeto debido.
  • Como padres no debemos manifestar ante nuestro hijo esos fallos que observemos en el profesor. Lo mejor es decir al hijo que es necesario conocer las dos versiones. Por eso, procuraremos hablar con dicho profesor, antes de defender “a capa y espada” a nuestro hijo. E incluso, aun teniendo razón el hijo, le indicaremos que lo solucione con el profesor.
  • Ante un castigo determinado por un profesor, estemos de acuerdo o no con él, nuestro hijo debe cumplirlo, siempre que no atente contra su dignidad.
  • Esto se extiende a cualquier determinación normativa de carácter colegial. Se debe aceptar las normativas existentes en el colegio de nuestros hijos, siempre que no afecte a principios básicos.
  • A estas edades el ejercicio educativo fundamentalmente debe basarse en la reflexión por parte del hijo, para que interiorice y haga suyo aquello que se le indica.
  • Como reflexión nuestra y de ellos, vale esta cita de Johann Wolfgang von Goethe: “Es fácil temer, pero penoso; respetar es difícil, pero más dulce”.
  • Nuestro ejemplo siempre es importante. Deben ver que luchamos y nos esforzamos por ser respetuosos con todos: no criticar, respetar las diferentes opiniones, etc.

Cómo educar en el respeto a los profesores

  • No debemos seguir la corriente a los hijos cuando nos hablen de malos modos de algún profesor. Es diferente que, de manera objetiva, podamos reconocer que hay unos profesores más competentes que otros, pero siempre evitando descalificaciones.
  • Puede ocurrir que nuestro hijo no encaje con un profesor determinado. Esta circunstancia podemos volverla a nuestro favor, explicando al hijo que es muy bueno aprender en la vida a convivir con personas de caracteres distintos o incompatibles con los nuestros. Hoy será en el colegio y en el futuro en su trabajo profesional.
  • Debemos enseñar a nuestros hijos que, aunque perciban que tienen razón ante una actitud injusta de su profesor hacia ellos, por la autoridad que éste tiene dentro del aula no se le debe contestar en público. Más tarde que procuren aclararlo en privado.
  • Es aconsejable que examinemos los comentarios acerca de los jefes o compañeros de trabajo. Podemos faltar al respeto, siendo incongruentes entre lo que decimos y hacemos ante nuestros hijos.

Foto: Cuartoscuro

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El respeto hacia los profesores


Cada vez se escuchan más casos de alumnos que han insultado, humillado o incluso pegado a sus profesores. Antes esto era impensable puesto que, aunque no aguantaran al profesor, sí le tenían un respeto hacia él. Pero el problema no radica exclusivamente en los colegios, sino que el respeto hacia los demás se enseña en casa.
maestra
Desde bien pequeños se les debe enseñar a respetar a sus padres: no permitir contestaciones, pedir siempre perdón cuando su comportamiento lo requiera, saber que sus actos negativos tienen como consecuencia un castigo adecuado, etc. Así, deben tratar con respeto a sus hermanos, a los abuelos, a los tíos, a la persona que nos ayude en casa, al conserje del edificio, a la dependienta del supermercado, etc.
Los hijos deben interiorizar desde la infancia que a todas las personas se les debe un respeto por su dignidad como seres humanos, diferente a la autoridad que cada uno emane por el cargo que ocupe dentro de la comunidad. De este modo, al llegar a la adolescencia sabrán tratar con la educación que se merecen a aquellos que les rodean, incluidos los profesores.
El significado del respeto hacia los profesores
Los padres debemos desde casa inculcar una serie de ideas base para que nuestros hijos sepan lo que significa el respeto a sus profesores:
  • Como ocurre en toda relación social, no toda persona va a ser de tu agrado, es lo que normalmente se dice “me cae bien o mal”. Pero ello, no es motivo para faltar al respeto como persona al profesor “que no te cae bien” y tampoco para dejar de lado la asignatura que éste imparte.
  • Como toda persona, el profesor puede equivocarse. A estas edades debe ser el propio alumno quien solucione cualquier discrepancia; eso sí, con la educación y respeto debido.
  • Como padres no debemos manifestar ante nuestro hijo esos fallos que observemos en el profesor. Lo mejor es decir al hijo que es necesario conocer las dos versiones. Por eso, procuraremos hablar con dicho profesor, antes de defender “a capa y espada” a nuestro hijo. E incluso, aun teniendo razón el hijo, le indicaremos que lo solucione con el profesor.
  • Ante un castigo determinado por un profesor, estemos de acuerdo o no con él, nuestro hijo debe cumplirlo, siempre que no atente contra su dignidad.
  • Esto se extiende a cualquier determinación normativa de carácter colegial. Se debe aceptar las normativas existentes en el colegio de nuestros hijos, siempre que no afecte a principios básicos.
  • A estas edades el ejercicio educativo fundamentalmente debe basarse en la reflexión por parte del hijo, para que interiorice y haga suyo aquello que se le indica.
  • Como reflexión nuestra y de ellos, vale esta cita de Johann Wolfgang von Goethe: “Es fácil temer, pero penoso; respetar es difícil, pero más dulce”.
  • Nuestro ejemplo siempre es importante. Deben ver que luchamos y nos esforzamos por ser respetuosos con todos: no criticar, respetar las diferentes opiniones, etc.
Cómo educar en el respeto a los profesores
  • No debemos seguir la corriente a los hijos cuando nos hablen de malos modos de algún profesor. Es diferente que, de manera objetiva, podamos reconocer que hay unos profesores más competentes que otros, pero siempre evitando descalificaciones.
  • Puede ocurrir que nuestro hijo no encaje con un profesor determinado. Esta circunstancia podemos volverla a nuestro favor, explicando al hijo que es muy bueno aprender en la vida a convivir con personas de caracteres distintos o incompatibles con los nuestros. Hoy será en el colegio y en el futuro en su trabajo profesional.
  • Debemos enseñar a nuestros hijos que, aunque perciban que tienen razón ante una actitud injusta de su profesor hacia ellos, por la autoridad que éste tiene dentro del aula no se le debe contestar en público. Más tarde que procuren aclararlo en privado.
  • Es aconsejable que examinemos los comentarios acerca de los jefes o compañeros de trabajo. Podemos faltar al respeto, siendo incongruentes entre lo que decimos y hacemos ante nuestros hijos.
Fuente: HacerFamilia.com
Foto: Cuartoscuro
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El respeto hacia los profesores
Cada vez se escuchan más casos de alumnos que han insultado, humillado o incluso pegado a sus profesores. Antes esto era impensable puesto que, aunque no aguantaran al profesor, sí le tenían un respeto hacia él. Pero el problema no radica exclusivamente en los colegios, sino que el respeto hacia los demás se enseña en casa.
maestra
Desde bien pequeños se les debe enseñar a respetar a sus padres: no permitir contestaciones, pedir siempre perdón cuando su comportamiento lo requiera, saber que sus actos negativos tienen como consecuencia un castigo adecuado, etc. Así, deben tratar con respeto a sus hermanos, a los abuelos, a los tíos, a la persona que nos ayude en casa, al conserje del edificio, a la dependienta del supermercado, etc.
Los hijos deben interiorizar desde la infancia que a todas las personas se les debe un respeto por su dignidad como seres humanos, diferente a la autoridad que cada uno emane por el cargo que ocupe dentro de la comunidad. De este modo, al llegar a la adolescencia sabrán tratar con la educación que se merecen a aquellos que les rodean, incluidos los profesores.
El significado del respeto hacia los profesores
Los padres debemos desde casa inculcar una serie de ideas base para que nuestros hijos sepan lo que significa el respeto a sus profesores:
  • Como ocurre en toda relación social, no toda persona va a ser de tu agrado, es lo que normalmente se dice “me cae bien o mal”. Pero ello, no es motivo para faltar al respeto como persona al profesor “que no te cae bien” y tampoco para dejar de lado la asignatura que éste imparte.
  • Como toda persona, el profesor puede equivocarse. A estas edades debe ser el propio alumno quien solucione cualquier discrepancia; eso sí, con la educación y respeto debido.
  • Como padres no debemos manifestar ante nuestro hijo esos fallos que observemos en el profesor. Lo mejor es decir al hijo que es necesario conocer las dos versiones. Por eso, procuraremos hablar con dicho profesor, antes de defender “a capa y espada” a nuestro hijo. E incluso, aun teniendo razón el hijo, le indicaremos que lo solucione con el profesor.
  • Ante un castigo determinado por un profesor, estemos de acuerdo o no con él, nuestro hijo debe cumplirlo, siempre que no atente contra su dignidad.
  • Esto se extiende a cualquier determinación normativa de carácter colegial. Se debe aceptar las normativas existentes en el colegio de nuestros hijos, siempre que no afecte a principios básicos.
  • A estas edades el ejercicio educativo fundamentalmente debe basarse en la reflexión por parte del hijo, para que interiorice y haga suyo aquello que se le indica.
  • Como reflexión nuestra y de ellos, vale esta cita de Johann Wolfgang von Goethe: “Es fácil temer, pero penoso; respetar es difícil, pero más dulce”.
  • Nuestro ejemplo siempre es importante. Deben ver que luchamos y nos esforzamos por ser respetuosos con todos: no criticar, respetar las diferentes opiniones, etc.
Cómo educar en el respeto a los profesores
  • No debemos seguir la corriente a los hijos cuando nos hablen de malos modos de algún profesor. Es diferente que, de manera objetiva, podamos reconocer que hay unos profesores más competentes que otros, pero siempre evitando descalificaciones.
  • Puede ocurrir que nuestro hijo no encaje con un profesor determinado. Esta circunstancia podemos volverla a nuestro favor, explicando al hijo que es muy bueno aprender en la vida a convivir con personas de caracteres distintos o incompatibles con los nuestros. Hoy será en el colegio y en el futuro en su trabajo profesional.
  • Debemos enseñar a nuestros hijos que, aunque perciban que tienen razón ante una actitud injusta de su profesor hacia ellos, por la autoridad que éste tiene dentro del aula no se le debe contestar en público. Más tarde que procuren aclararlo en privado.
  • Es aconsejable que examinemos los comentarios acerca de los jefes o compañeros de trabajo. Podemos faltar al respeto, siendo incongruentes entre lo que decimos y hacemos ante nuestros hijos.
Fuente: HacerFamilia.com
Foto: Cuartoscuro
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